Nuestro huerto escolar empezó a funcionar el curso pasado. Y como no podía ser de otra manera, este año lo hemos mejorado tanto en infraestructura como en producción.
Nuestro alumnado de 6º ha fabricado unos espantapájaros para ahuyentar a las palomas y otras aves que se comen las lechugas, coles, etc.
Nos hemos lanzado a sembrar tomateras, ajos, cebollas, borraja, lechugas, acelgas y, como no, el producto estrella, “la patata de Cella”.
El alumnado es el encargado de regar las hortalizas, los/las de mayor edad llenan las regaderas para que los/las más pequeños/as rieguen. Estas últimas semanas con tanta lluvia nos ha ahorrado agua y tiempo. Además, el huerto muy agradecido con el agua de lluvia está frondoso y precioso. Ya hemos empezado a recolectar las primeras lechugas y las borrajas que algún/a alumno/a ha tenido la suerte de llevar a su casa.
Todo esto lo hacemos con la inestimable ayuda de nuestros abuelos y abuela, Manolo, Miguela y Tomás, que nos tutorizan, enseñan, orientan y acompañan en la siembra y cuidados de las diferentes hortalizas. Junto a ellos estamos aprendiendo y sin su ayuda no sería posible. Agradecemos su implicación y la colaboración con la escuela por contribuir con nosotros a promover la Educación Ambiental en nuestro alumnado, iniciarlo en las tareas agrícolas de trabajo en la huerta: siembra y cuidados que necesita cada una de las hortalizas hasta que se pueden consumir, conocer diferentes tipos y ayudar a fomentar su consumo, desarrollando hábitos de buena salud y nutrición. ¡Muchas gracias!
Seguiremos trabajando el proyecto del huerto escolar por su carácter interdisciplinar y la cantidad de valores que despiertan en nuestro alumnado.